Los cigarros Premium son una delicia llena de sorprendentes aromas y sabores gracias a su materia prima: el tabaco. El primer paso para conseguir las hojas de tabaco es la siembra de la semilla. El periodo en el que se realiza esta importante fase en el cultivo de tabaco es en torno a septiembre-octubre. Y puede durar hasta noviembre.
La semilla de la planta del tabaco se extrae del fruto de la mata de tabaco. La mata de tabaco contiene unos 250 o 300 frutos por cada flor de tabaco y cada fruto está lleno de semillas de tabaco. Se calcula que cada fruto de tabaco posee entre unas 3.500 y unas 4.500 semillas.
De esta forma, una sola planta de tabaco puede producir más de un millón de semillas, de un diámetro que oscila entre 315 y 630 micras, con las que se pueden sembrar 42 hectáreas (aproximadamente 60 campos de fútbol). Con un solo gramo, lo equivalente a una cucharadita de café, se pueden sembrar unas 8.000 plantas en unas 0,63 hectáreas. Las semillas son de superficie rugosa, color oscuro y de larga vida: si se almacenan en sitio frio y con baja humedad pueden durar de 15 a 20 años sin perder su poder germinativo.
“El proceso de elaboración de materia prima para la elaboración de cigarros es un poco largo y complejo. Todo se inicia con la selección de la semilla adecuada”, explica el coordinador de Procesos de La Aurora, Leoncio Cruz. Se seleccionan las semillas para que su tamaño sea uniforme con el fin de que no haya disparidad en los tamaños de las plantas. “Un cigarro puede tener diferentes tipos de semilla, diferentes variedades. Hay que seleccionar esa variedad una por una. Es el primer paso para asegurarse de que haya estabilidad en la materia prima”, resalta.
Métodos de siembra de las semillas
Después de la selección de la semilla, se lleva a un proceso de secado donde se trilla. Se separa en función de los diferentes tamaños para que, en el momento de plantarla, esa semilla emerja y haya uniformidad en el desarrollo de esa planta. “La semilla se planta en un semillero en un invernadero donde estará durante unos 45 días”, describe Cruz, ingeniero agrónomo y horticultor.
Hay distintos métodos para la plantación de la semilla:
- Semilleros tradicionales en pleno campo en el sol, en la tierra.
- Semilleros más sofisticados de bandejas flotantes en agua. Se pone la bandeja en el agua que se fertiliza. En esa bandeja, la planta está lista a los 45 días para llevarla al campo. Una planta en condiciones de ser cosechada para llevar al campo tiene unos 15 centímetros de altura y posee unas seis hojas formadas y un sistema radicular bastante fuerte.
La semilla plantada en el semillero se pone a crecer en condiciones específicas bien controladas para que esa planta sea buena y en el momento de llevarla al campo tenga “un despegue, un desarrollo inicial normal y uniforme”, según Leoncio Cruz, quien fue investigador en el programa de Tabaco Negro en el Instituto Nacional de Investigación Agroforestal (IDIAF).
Distintos procesos para la capa, el capote y la tripa
Una vez que se trasplanta al campo, los procesos que se realizan en el campo, van a depender de cuál es el objetivo de producción de esa semilla. Es decir, los procesos serán unos u otros en función de si el objetivo es producir tabaco para tripa, capote o capa. “Cada uno requiere condiciones de manejo y ambientales diferentes”, dice el maestro Leoncio Cruz.
Y prosigue: “En nuestro caso, la semilla dominicana, que es la que mayormente producimos, es tabaco para tripa; a excepción de algunos casos específicos, donde hacemos plantaciones para capa. Ese tabaco se lleva a pleno sol, donde previamente hubo una preparación del terreno por un lapso de unos dos meses”.
En concreto, la preparación del terreno consiste en pasar gradas con el tractor varias veces. Se trata de una herramienta que se emplea en la agricultura para tapar los surcos, allanar la tierra y deshacer los terrones que quedan en la superficie tras el arado para que la tierra quede suelta. “La finalidad es que el suelo quede bien mullido para que, al llevar la plántula, que apenas tiene 45 días en un semillero, encuentre las condiciones ambientales para adaptarse de inmediato a ese terreno”, subraya Leoncio Cruz.
Una planta tipo habanense tiene unas 16 hojas. En esas 16 hojas, hay ocho cortes (dos hojas por cada corte), donde hay hojas de distinto tipo. De abajo hacia arriba, hay hojas de tipo bajeras o voladas, secas, viso (son hojas intermedias con textura entre gruesa y fina) y ligeras (las que están en la parte superior de la planta). Posteriormente a la plantación en el campo, transcurridos unos 35 días, ya se comienza la recolección de las hojas bajeras de la planta de tabaco, concluye Leoncio.
Cosechar una planta de tabaco, lleva alrededor de un mes, desde que se inicia el primer corte hasta que se recolecta la última hoja. La recolección de las hojas se hace desde los pisos inferiores de la planta hasta el superior, si las condiciones meteorológicas lo permiten. Y a partir de ahí, las hojas de la planta de tabaco pasan por unas serie de procesos, hasta llegar al cigarro.
Pingback: Trasplantar la planta de tabaco en el campo | Latino Aficionado
Muchas gracias, nos alegra saber que les gustó el artículo.
Muy interesante este artículo. Gracias.
Muchas gracias, celebramos que le haya gustado.
Pingback: Trasplantar la planta de tabaco en el campo – Latino Aficionado