La nota de cata, una gran ayuda para los aficionados

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No todos los cigarros saben igual, ni queman igual, ni tienen la misma longitud, ni grosor, ni necesitan el mismo tiempo para fumarse, ni tienen los mismos tipos de tabaco. Todo ello hace que la fumada de cada tipo de puro sea diferente, así como sus sabores y aromas de distinta manera. Por ello, la nota de cata resulta una herramienta muy útil para los consumidores, ya que a cada fumador le gusta un tipo de puro. La nota de cata facilita la selección del cigarro en función de los sabores que se busquen en un puro.

Antes de saber qué sabores tiene un cigarro –lo cual se recoge en una nota de cata–, es decir, antes de fumarlo y detectar sus notas, resulta útil conocer sus características:

  • Formato: los cigarros tienen distintas longitudes y grosores. El formato de un cigarro influye a la hora de fumarlo. Por ejemplo, la longitud indica el tiempo que se necesita para fumarlo: a mayor longitud, más tiempo. En cuanto al cepo, si es muy grueso, se absorbe más aire que humo y a medida que es más fino el cigarro, se va compensando esa balanza de humo y aire.
  • Liga: los tabacos que lo forman. Generalmente, se desglosa en el tipo de tabaco que forma la capa, el capote y la tripa.
  • Fortaleza: el impacto de un cigarro en cada bocanada de humo. Será mayor o menor en función de las hojas de tabaco que contengan. Principalmente, las hojas de los pisos foliares más elevados de la planta de tabaco son las de mayor fortaleza.

Una vez conocidos estos aspectos del cigarro, los fumadores –aficionados y no iniciados–, pueden guiarse por la nota de cata para saber qué sabores y aromas encontrarán al fumarlo.

  • Cata en frío: las sensaciones al tacto –capa aceitosa, por ejemplo–, al olfato, a la vista –capa más o menos oscura– e, incluso, en la boca antes de encenderlo también se pueden exponer en una nota de cata.
  • Fumada: es la parte fundamental de las notas de cata, puesto que en ella se indican los sabores y aromas que se aprecian al fumar el cigarro. Normalmente, las notas de un cigarro van cambiando a medida que se fuma, detectándose unas al inicio y otras a medida que se avanza en la fumada.

Las personas que escriben críticas sobre los puros suelen dividir la fumada en tercios.

¿Qué notas desprende el tabaco de los cigarros?

Según el master blender de La Aurora, Manuel Inoa, se pueden llegar a detectar hasta 10.000 aromas con la nariz, mientras que con la boca se pueden apreciar sólo cuatro sabores básicos –ácido, amargo, salado y dulce–, más el umami. En líneas generales, en un cigarro se detectan toques de:

  • Hierbas: madera –a cedro y roble son muy habituales–; musgo, césped o hierba, paja, té, tabaco… o flores –más bien se siente su aroma–.
  • Especias: pimienta –roja, negra, blanca…–, canela, regaliz, anís, cardamomo, comino o clavo, por ejemplo.
  • Tierra: café, caramelo, chocolate, crema, miel, tierra mojada, pan…
  • Frutas: frutos rojos, cítricos, melaza, pasas o cereza, entre otros.
  • Frutos secos: cacahuete, almendras, nueces, pistacho, mazapán, por ejemplo.
  • Otros: cuero, almizcle, ahumado, tostado…

Y muchas veces, en las notas de cata se usan expresiones que no definen un sabor concreto, sino más bien una sensación, es decir, cómo se siente el humo de ese cigarro. Por ello, se puede hablar de que un puro es masticable, porque al fumarlo se siente que tiene una textura que podría llegar a masticarse. Otros pueden calificarse como cigarros secos, cuando dejan la boca con muy poca saliva, o duros, cuando tienen muchas notas de pimienta o sabores más fuertes.

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